Salimos de casa menos abrigado de lo debido, pero no importó.
Caminamos unas cuadras hasta la parada del 15 y esperamos abrazados.
Subimos al colectivo. Estaba llenísimo de gente, mucha más de la que hubiera esperado un sábado a esa hora. Al cabo de un rato, bajamos en Scalabrini Ortiz y Cabrera y caminamos apenas unas cuadras hasta nuestro destino: À nos Amours*.
* En honor al film homónimo de Maurice Pialat
Las persianas estaban bajas.
Nos quedamos mirando desolados a través del vidrio, lo cual llamó la atención de un señor muy amable (Constant Anée, fotógrafo francés y socio fundador de este sobrio Bar á Vin), quien se asomó por la puerta y nos invitó a esperar adentro la media hora que aún faltaba para abrir.
Nos sentamos en una mesa junto a la ventana.
Ale sacó algunas fotos mientras yo me puse a escribir esta reseña en mi moleskine.
En cada mesa, un libro. En la nuestra, Roméo et Juliette.
Colgada sobre la pared que teníamos de fondo, una foto-cuadro donde estaban Constant y una mujer con un bebé en brazos frente a él.
Comenzó a sonar la música. Fueron levantando una a una las persianas.
La moza se acercó a nuestra mesa y nos trajo unas rodajas de pan junto a un pequeño cuenco con una mezcla de arroz con perejil y rabanitos, aún cuando sabía que estábamos ahí de prestado.
Pedimos una copa de vino tinto que no tardo en llegar.
Sin quererlo, nos convertimos en testigos silenciosos de la belleza del despertar de un bistró, mientras nos envolvían los primeros aromas a cosas ricas que se iban escapando de la cocina.
A la altura en que los primeros comensales empezaron a llegar, nosotros ya nos sentíamos como en casa.
La carta te la acercan a la mesa en forma de pizarra.
Los platos del día se confeccionan sólo con productos frescos de temporada y con materias primas orgánicas. La carta de vinos se compone de etiquetas de bodegas que no utilizan agroquímicos.
Siguiendo con la línea, tampoco se sirven gaseosas: sólo aguas y jugos naturales.
De entrada, pedimos unos Buñuelos de acelga sobre papines y pesto de tomates secos ($39).
Los principales: Abadejo en manteca de cítricos sobre calabaza asada y hojas verdes ($66) y Ñoquis de batata mediterráneos, con tomates, hongos y aceitunas negras ($54), ideal para combatir el frío afuerino, calador de huesos!
El postre: una exquisita crème brûlée que nos dejó con ganas de más París.
La perlita: El “Gracias” escrito a mano en la cuenta… ¡A ustedes, À nos Amours!
Gorriti 4488, esquina Araoz (Palermo) | |
4897 2072 | |
Abierto de Lunes a Sábados, de 21 a 00hs. Domingos de 12.30 a 16.30hs |
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