¿Has estado alguna vez en Estambul?
Esa es la pregunta que Baris y Pinar te hacen desde su “¿Quiénes somos?” antes de presentarte la propuesta de Istanbul Gourmet: “Somos el único restaurante turco en Colonia del Sacramento (…) ¡No necesitás ir lejos para estar en Estambul!”. La idea nos encantó. ¡Al fin una opción diferente en Colonia!
Fue Pinar quien nos recibió en el umbral de la puerta con su sonrisa amplia, digna de una gran anfitriona. Su forma de saludarnos, de acompañarnos a la mesa, de estar siempre atenta, nos hizo sentir como si hubiéramos llegado de visita a la casa de un amigo entrañable, de esos que no se ven con frecuencia. El contexto reforzó nuestra percepción: una casa de familia, cálida y luminosa, dispuesta como restaurante. Unos pocos objetos traídos desde Turquía hacían a la identidad del lugar: un pequeño narguile sobre una repisa, unos nazar boncuğu (el famoso “ojo turco” o “piedra del mal de ojo”) colgando de puertas y ventanas, y hasta vinilos con paisajes clásicos de Estambul, como el de la Mezquita de Ortaköy junto al puente del Bósforo, o la Torre de Gálata, al norte del Cuerno de Oro.
La hospitalidad turca es cálida y abrumadora en su abundancia (…) no pide nada a cambio (…) es parte de su forma de vivir (Katharine Branning)
Baris Kara, Pinar Yaylagül y Hürol y Ezgi Balakoglu son los dos matrimonios turcos detrás de Istanbul Gourmet. Se turnan para cocinar, hacer las compras y atender el salón. Baris y Pinar llegaron a Uruguay en 2013. Pasaron un tiempo en Montevideo, pero terminaron en Colonia porque buscaban un ritmo de vida más tranquilo. Hürol y Ezgi llegaron en 2016. Entre los cuatro, armaron este espacio desde donde, a través de la comida, comparten con el mundo la pasión que sienten por su cultura.
Falafel, kebabs, keppes, shish al pan, tzatziki, mantı, mücver. El menú es variado pero cambia seguido porque en todas sus preparaciones incorporan productos de temporada. “Preferimos tener pocos platos, pero siempre con ingredientes frescos”, nos cuenta Pinar. Otro elemento clave es el uso de especias. “En Uruguay se cocina casi sin condimentos, algo impensado para nosotros”. Comino, cúrcuma, pimienta turca, anís. En todo lo que probamos ese mediodía rastreamos la pizca de alguna de ellas.
En Colonia la oferta de comida es muy parecida entre sí. Acá tratamos de ofrecer algo diferente, sabores característicos de la comida turca.
Incluso antes de pedir nada, Ezgui nos acercó a la mesa una canasta con pan pita recién hecho y dos cuenquitos, uno con hummus de garbanzos perfumado con comino, y otro con una pasta de vegetales rojos cocidos (tomate, morrón y berenjena) condimentada con pimienta turca.
Elegir estuvo difícil, porque nos queríamos pedir todo. Me tenté muchísimo con los Manti, unos ravioles turcos rellenos con carne picada especiada, y servidos con salsa de tomate, yogurt y manteca, pero no me dio el clima (habrá que volver en invierno). Terminé eligiendo los Mücver, panqueques fritos de calabacín rallado, acompañados con yogurt natural. Llegaron sobre una hoja de lechuga fresca, perfectamente dorados y bien esponjosos. Me los comí tan rápido que me asusté. Ale fue por los Köfte, unas albóndigas al fierrito que vinieron con guarniciones varias: un arroz pilaf, una ensalada de porotos y unos brócolis y granos de choclo asados. Las albóndigas estaban bien húmedas por dentro y tenían una buena consistencia al morderlas. Quedamos sorprendidos porque el sabor de la carne era EL MISMO que el de los salayan que hace mi suegra. Seguramente por eso el peque comió un montón sin que fuera necesario pedir algo especial para él.
El postre fue una porción de Baklava, hecha de capas de masa filo casera, nueces picadas y cubierta de almíbar. Dulce, pegajoso, y de masa quebradiza, es un postre que lo tiene todo (no por nada es de mis extranjeros favoritos). Para cerrar, me pedí un Café turco, acompañado por una medida de licor casero de regaliz, y unos lokumi (“delicias turcas” o turkish delights). Cuando trajeron el café a la mesa, me recomendaron tomarlo sin azúcar y esperar unos minutos para que se asiente la borra. De color negro intenso y textura espesa, su sabor concentrado y perfumado me envolvió la boca. Los bocaditos dulces de zanahoria, coco y canela fueron el acompañamiento perfecto para cortar con el amargor del café.
En Turquía, compartir con alguien una taza de café es señal de hospitalidad y augurio de buena fortuna y suerte
Un ambiente familiar, sencillo y acogedor. Impecable atención. Comida deliciosa y de sabores únicos, como nada que hayamos probado en Colonia. Tanto para quienes estén familiarizados con la comida turca como para los curiosos con ganas de conocerla, Istanbul Gourmet es el lugar que están buscando.
¿Has estado alguna vez en Estambul? Ahora podemos decir que sí.
Washington Barbot 231, Colonia Del Sacramento, Colonia, Uruguay | |
+598 93 876 799 | |
istanbulgourmett@gmail.com | |
Abierto de jueves a martes, de 10.00 a 15.00hs y de 19.00 a 23hs | |
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