Llegamos a Hostaria Antica Roma gracias a las muchas felices recomendaciones que encontramos en TripAdvisor y fue realmente una de las experiencias gastronómicas más interesantes que tuvimos en nuestro viaje.
A lo largo de los casi 40 minutos que estuvimos esperando el bus en la estación Circo Massimo, fueron varias las veces en que consideramos desistir de nuestra extravagante aventura culinaria. Hasta que, finalmente, el bendito 118 (con aires de bondi porteño) se digno a aparecer. El resto fue rápido: en menos de 10 minutos estábamos parados en medio de la Vía Appia Antica (AKA la “columna vertebral” del sistema de caminos del Imperio Romano), en donde se ubica la Hostaría.
El camino era de piedra y muy estrecho. A la derecha, un muro de piedras y vegetación. A la izquierda, arbustos de un verde oscuro profundo. Casi no pasaban autos, ni vimos otras personas además de nosotros. Caminamos.
El sol del mediodía caía pesado sobre un nosotros ya cansado.
Justo en el preciso momento en el que empezamos a pensar que estábamos completamente perdidos, encontramos, felices y hambrientos, nuestro destino. ¡Oasis en medio del desierto!
Uno de sus propietarios, Paolo Magnanimi, nos recibió tan amablemente en la entrada de la Hostaria que casi sentimos como si lo conociéramos de siempre. Junto a su excelente inglés y a sus simpáticos tiradores rojos, Paolo nos escoltó hasta nuestra mesa, no sin antes acompañarnos en un detallado tour por las inmediaciones del lugar.
Así fue que nos adentramos en el “Monumento de los Libertos de Augusto” (especie de mausoleo encargado por el Emperador Augusto para que los esclavos que él liberó durante su régimen pudieran rezar a sus dioses y enterrar a sus muertos), que si bien estuvo abandonado durante muchos muchos años, en 1982 llega a manos de la familia Magnanimi (Massimo y su hijo Paolo), quienes lo restauraron transformándolo en el bello ristorante que es actualmente.
Más allá de lo impactante que resulta que las mesas estén situadas DENTRO del monumento mismo, la propuesta gastronómica que ofrece la Hostaria no se quedó atrás: A dinner with Apicius consiste en un menú cuyos platos se preparan acorde a las instrucciones de un antiquísimo libro de recetas romanas llamado De Re Coquinaria, escrito por Marcus Gavius Apicius, famoso Chef imperial, durante los tiempos de Augusto y Tiberio, allá por el Siglo I d.C.
Después de semejante introducción, acá les contamos -paso a paso- todos los platos que tuvimos la oportunidad de probar:
Gustum(Aperitivos)
Libum di catone: Pan de queso fresco y hojas de laurel
Epityrum: Paté de aceitunas trituradas sobre pan tostado
Moretum: Un queso con ajo DELICIOSO, no por nada era el favorito de Virgilio.
Columella fresh cheese: Mezcla de queso fresco y queso manchego cremoso con
especias y vinagre.
Ham in cake of bread: Jamón glaseado con azucar sobre pan
Mensa Prima (Platos principales)
Patina Cotidiana: Lasagna con carne, hinojo y queso
Pollo Oxizomum: Pollo cocido con puerro, aceite de oliva, vinagre y garum, ingrediente básico de la cocina romana antigua que consistía en una salsa de pescado y que
se utilizaba de la misma forma que hoy en día usamos la sal.
Mensa Secunda (Postre)
Tyropatina: Flan espolvoreado con pimienta.
Bonus Track
El MEJOR Tiramisú que probé EVER, cortesía de la casa.
Paolo nos hizo notar que tanto la Hostaria como el tiramisú son mencionados en los agradecimientos del libro The Bone Chamber como un Tiramisú “to die for”
Es para destacar que las porciones son MUY abundantes.
La clave para llegar hasta el final del menú degustación fueron los tiempos de sobremesa entre plato y plato, disfrutando de la tranquilidad del lugar y del riquísimo vino tinto que Paolo nos recomendó al inicio de nuestro banquete.
Luego de prestarse divertido para sacarse una foto con nosotros, capturando ese momento para la posteridad, nos dedicó unas bellísimas palabras en nuestro diario de viaje y nos despidió obsequiándonos un vino blanco de su cosecha.
La vuelta a la civilización fue vía taxi (no recuerdo otro momento del viaje en el que nos hubiéramos sentido así de llenos!), y que casi le pedimos al conductor si se copaba llevándonos a cococho por el resto de los lugares que aún nos quedaban por recorrer ese día.
Si van a Roma, los instamos a conocerlo. Es un lugar que sin duda vale la pena coleccionar tanto en la memoria de la pancita como en la del corazón.
Via Appia Antica 87, Roma, Italia | |
39 06 5132888 | |
paolo_magnanimi@yahoo.it | |
Abierto de Martes a Domingo, de 12 a 14.45hs. y de 19.15 a 22.45hs. | |
Hostaria Antica Roma en TripAdvisor |
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