Comer rico y barato: Amsterdam

Amsterdam fue una de las ciudades que más distinta nos resultó a Buenos Aires: canalcitos, bicicletas, coffee shops y cero contaminación sonora. Los lugareños hablan perfecto inglés, por lo cual manejarnos en la ciudad no nos resultó para nada complicado. Eso sí, el neerlandés es imposible de entender… todas las palabras son muy largas!! En los días que estuvimos pasando ahí nunca pude aprender nisiquiera el nombre de la calle donde estaba nuestro hostel! Lo cierto es que pasamos unos relajadiiisimos 4 días (la expresión estándar de esos días era similar a la de la foto de “say cheese”), y tuvimos la posibilidad de comer todas estas cosas ricas…

Belushi’s

St Christopher’s at Winston Hotel

Este Hostel está ubicado en la calle en la que comienza el Barrio Rojo, cerca de la estacion Central de trenes y de la plaza principal de la ciudad. En la PB teníamos el bar-restaurante Belushi’s, en donde por la mañana servían el desayuno (gratuito) a los huespedes, mientras que por la noche podías cenar o tomar algo con un muy buen descuento (2×1 en cervezas y algunos tragos). No paré de castigarme con malibú+coca, mientras que Ale se había decidido a probar tantas cervezas diferentes como pudiera. Allí también se puede fumar y cuenta con acceso wi-fi de excelente velocidad. 3 de las 4 noches que estuvimos en Amsterdam, optamos por cenar ahí: Ensalda con bruschetas, Pollo Thai + ensalada + papas fritas, y la BBQ Bacon (beef burger, panceta, cheddar, salsa barbacoa casera, lechuga, cebolla morada + papas fritas). Compartimos todos los platos, que costaron menos de €10,00 each (descuento incluído). Muuuy muy rico!

Broodje Bert

Por sólo €9,40 pedimos una riquísima Broodje Bert (pan turco + carne de cordero a la parrilla + lechuga + rúcula + tomate + cebolla + pepinos + salsa) y 2 latitas de gaseosa. El lugar está divino, al lado de un canalcito, y con bastante gente.

Merkelbach

Este lugar lo encontró Ale como uno de los twenty rising stars del 2009 de la revista Food & Wine. Y no sólo disfrutamos mucho de la comida en sí, sino que el lugar en donde está ubicado (Huize Frankendael) es una verdadera belleza para recorrer un rato largo.
Ale se pidió un panini de porchetta (€8,00) y yo una sopa de calabaza (€7,00). Para tomar, nos sorprendieron con unas muy ricas (y muy lindas) Belvoir de lima-limón y de naranja. De postre, fuimos con una appeltaart (€4,00) y una Belvoir de cranberry. Para terminar, me pedí un reconfortante té de jazmín (€3,50) que me vino bárbaro con el fresquito que hacía afuera.
Una verdadera perlita de nuestro viaje… para no perdérselo!!

Bojo

Finalmente, el último almuerzo de nuestro paso por Amsterdam fue la propuesta de comida indonesa de Bojo. Una entrada y un plato principal (que compartimos) + 2 gaseosas nos costó €15,45. Eso si: tengan cuidado porque algunas cosas las sirven extra-picantes!

Bueno, bueno… Cada vez falta menos para terminar con estas crónicas gastronómicas europeas: Gent, Brujas y… Paris mon amour!
Será hasta pronto.