Como se ha vuelto nuestra costumbre, llegamos fashionably early.
Nos acercamos a la puerta 15 minutos antes de nuestra reserva y casi no hizo falta decir nada: una señorita por demás amable nos recibió sonriente y nos hizo pasar.
Kensho es cocina de autor, cocina vegetariana para carnívoros, alimentos para despertar.
Con esta premisa, el Chef Máximo Cabrera te invita a conocer su lugar en el mundo, volviéndote parte de una experiencia culinaria diferente.
Hay una cierta mística en eso de cenar antes de las 21hs., cuando lugares acostumbrados a lidiar con muchas mesas al mismo tiempo de pronto se encuentran brindando un servicio exclusivo a una not-in-a-hurry couple, que se toma el meticuloso trabajo de examinar cada plato con la cámara de fotos, justo antes de degustarlo con la misma pasión.
De fondo sonaba Regina, y sumergidos en su voz peculiar nos fuimos poniendo a tono: pedimos nuestra habitual copa de tinto, y nos tomamos todo el tiempo del mundo para hacernos amigos de la carta y explorar nuestras opciones.
El menú era 100% vegano y super variado… tantas cosas nuevas para nosotros y que sonaban tan ricas que daban ganas de probar todo!
Finalmente, llegó el momento de cortar con tanta cháchara y tomar decisiones: arrancamos con la Sopa Crema de Calabaza y Coco ($40), y con el Trio de Dips: espuma de zanahoria, guacamole de frijoles negros y hummus ($40). Para acompañar, nos acercaron unas crackers raw de semillas.
Déjenme contarles algo sobre la sopa: definitivamente la tienen que incuir en su lista de “cosas para probar antes de morir”. Superb!
De los dips, destacamos la espuma de zanahoria, que estaba para llevártela a tu casa en un tarro y no parar de untarla en pancitos.
Pero la noche seguía en ascenso, y llegaba el turno de Frank para acompañar nuestros principales: Ale se pidió la Hamburguesa de Hongos, con puré de calabaza, ensalada criolla y crema de mostaza ($52). Por mi parte, me vi tentada por un Risotto de Mango que no estaba disponible (juro que volveré por tí…), así que la señorita que nos atendía me recomendó sin atisbo de duda la Pasta Crocante: ricota de almendras y espinacas, envueltas en crocante masa filo, con salsa pomodoro ($52).
Cada plato ofrecía no sólo geniales sabores y texturas, sino -y por sobre todo- actitud. Y la verdad es que así da gusto probar cosas diferentes.
Justito antes de decidirnos por el postre, Máximo se asomó por la barra que divide la cocina del salón y se quedó charlando un rato con nosotros sobre la importancia de la cocina orgánico-vegana y de sus ventajas por partida doble: hace bien a las personas y también al medio ambiente.
La filosofía con la que cocina es tan distintiva en comparación a otros lugares en los que estuvimos, que nos parece que vale la pena compartirla con ustedes a través de sus propias palabras:
La cocina orgánica se genera a través de la interacción entre el cocinero y productos cultivados sin el uso de pesticidas ni agroquímicos, intentando no perturbar al ecosistema y estar en armonía con sus ciclos naturales. La manipulación de los productos es más ecológica y respetuosa al igual que sus métodos (lavado, cocción, almacenamiento). Esto incluye también el comercio justo y sustentable, la utilización de productos locales y una relación más fluida con los productores.
Para cerrar, pedimos la Degustación de Postres ($50) que entre sus grandes éxitos incluía:
- James Brownie (jajaj definitivamente un gran nombre para postre!): Cake a base de lino, chocolate puro ecuatoriano y nueces, con helado.
- Cheese Cake Raw, con mermelada raw de frutas de estación
- Napoleón Raw: Galleta de coco, ganache de chocolate, helado Tropicalia (maracuyá, mango y banana) y frutas de estación.
- y una bochita extra de helado de chocolate 🙂
Gente de Kensho: han superado todas nuestras expectativas… ¡gracias por una riquísima velada vegana!
El Salvador 5783, casi Carranza (Palermo)
Tel. 4778-0655
Abierto de martes a domingo, de 12 a 15.30hs.
Y de martes a sábado, de 20 a 24hs.
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