“Vivimos a orillas de todo. Eso nos define.
Queríamos ser franceses pero nos dimos cuenta de que siempre fuimos inmigrantes. Somos los expatriados que enriquecen un territorio anhelado, pero no propio. Y en ese universo crecemos y cocinamos y vivimos.
Côte significa ‘costa’ en el idioma galo y nos da el marco perfecto para movernos y celebrar la cocina honesta”
Santiago Jovenich
El Tano Larocca es un arquitecto devenido en desarrollador inmobiliario. Inquieto, bon vivant. Côte Café es su más reciente desafío y el que más lo sorprende. Santi Jovenich, su socio, diseña restaurantes y hoteles de neo lujo. Durante años trabajó en el mundo de la moda. Nunca quiso ser restauranter, pero ahora siente que todo lo conducía a eso. Juntos son el motor de este petit bistró, impulsando a un grupo de gente a embarcarse en un viaje diario a bordo de un food truck que nació sin ruedas, estimulados por el placer de sorprender a sus clientes con comida rica y generosa en experiencia.
Además de su carta variada en sandwiches, tartas y ensaladas, cada mediodía proponen un Plat du Jour diferente, acompañado por una entrada, un postre y un vaso de limonada. Dependiendo del menú que se elija (suele haber 2) el precio varía entre $140 y $170. Pollo al curry, Bondiola con salsa de mostaza, Lomo con puré de pimientos, Salmón grillé con ratatouille, Guiso de lentejas, Arepas (sí, AREPAS!) y hasta los Ñoquis con ossobuco del 29, son algunos de los platos que se preparan en la cocina de Côte para sus comensales de turno, muchos ya convertidos en habitués a pesar de su reciente apertura.
Tanto para Ale como para mí, almorzar en días de semana suele convertirse en una cuestión de estado. Mientras que la mayor parte de las veces el comedor de mi laburo me resuelve el asunto, los almuerzos de él se suceden entre tuppers con sobras y largos peregrinajes en busca de menús de mediodía en los que valga la pena invertir. Fue en este contexto que mi suegra, vecina y fan de Côte, le sugirió tenerlo en cuenta. Y tan bien nos habló del lugar que, en vez de la visita unipersonal de Ale, coordinamos un contingente de tres y nos fuimos de expedición hasta la esquina de Migueletes y José Hernández, a ver de qué se trataba.
Elegimos una mesa adentro (las ventajas de llegar temprano) y nos dispusimos a sopesar nuestras opciones.
Chocho de zafar del tupper, Ale se hizo marchar la Côte’s Cheese Burger, una hamburguesa completa con lechuga, tomate, huevo, panceta y queso cheddar, acompañada de papas rústicas y verdes. En mi caso, preferí las pastas del día: unos Spaghettis orientales con salsa de soja y vegetales salteados. Mi suegra, por su parte, eligió una Entraña jugosa con papa ratatouille y rúcula. Para los platos que venían en formato de menú (la entraña y mis pastas), la entrada fue una Sopa de calabaza (ideal para paliar el frío con el que llegamos) y el postre un Budín de pan bien húmedo, con crema y caramelo. Delicioso!
La comida nos resultó sabrosa y sin pretensiones, como esa que ofrece la mano de alguien que nos quiere. El tamaño de las porciones era entre correcto y abundante, quedando más que satisfechos al final de la comilona. Considerando todo lo que incluía el menú, lo rico que estuvo y lo bien que nos atendieron, la relación precio-calidad excedió nuestras expectativas.
Côte está abierto de lunes a domingos y suele estar siempre lleno. La amplitud de su horario le permite ofrecer desde un cafecito con croissants hasta cenas tempraneras, pasando por el happy hour de cerveza artesanal de 18 a 20 hs. Por si todo esto fuera poco, alguna que otra vez se ha puesto en modo trasnoche-ON, show de jazz mediante y con gente hasta donde daba la vista apostada en la vereda.
Desayuno, almuerzo, merienda o after office con cervecita, cualquier excusa es buena para acercarse a conocerlo. Un lugar sin dogmas ni fronteras, donde se cocina para ser y hacer feliz.
José Hernández 1399 (Belgrano) | |
4783-0197 | |
Abierto de Lunes a Jueves, de 8 a 20hs. Viernes a Domingos de 8 a 24hs. |
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