Amsterdam es, sin lugar a dudas, nuestro lugar en el mundo.
El profundo amor que sentimos por esta ciudad no radica en un aspecto particular, si no en su esencia toda: su cultura, su gente, sus paisajes encantadores, sus silencios, su eclectisismo, su espíritu libre y relajado. Tanto es así que, a pesar de haberla recorrido completa allá lejos por el año 2010, decidimos dedicar otros 5 días de nuestra reciente Luna de Miel para sumergirnos en ella una vez más, como adolescentes enamorados.
A diferencia de nuestra primera vez, el bis nos permitió conocer más a fondo el costado gastronómico de la ciudad. Y si bien hemos comido muy rico en todos los lugares que visitamos, hubo uno en particular que, como Amsterdam, se ganó nuestros corazones. Ese fue De Kas.
El mediodía que dedicamos a aventurarnos hasta el Parque Frankendael en las afueras de Amsterdam pareció salido de un cuento de Stephen King: el cielo gris anunciando tormenta, el viento que se dejaba oír a través de las hojas de los árboles, el aire limpio y húmedo acariciándonos el rostro, y ni un alma en la calle excepto por nosotros. Perfección.
Al cabo de un rato de creernos perdidos en esta especie de limbo temporal, encontramos finalmente el camino que nos llevó a este precioso invernadero, atravesando parte del parque.
In 2001, top chef Gert Jan Hageman, who had earned a Michelin star in Dutch haute cuisine, found a new direction for his own career and a new purpose for the old greenhouse that belonged to Amsterdam’s Municipal Nursery, which dated from 1926, and was due to be demolished. With a lot of luck and help from the municipality and his family and friends, Hageman succeeded in converting the unique 8-metre high glass building into a restaurant and nursery.
Elegimos una mesa afuera, todavía embriagados por ese aura tan particular que se percibía en el ambiente. Una moza muy amable se nos acercó para contarnos en qué consistía la dinámica del menú de pasos que estábamos a punto de degustar. Básicamente, la carta cambia todos los días según los productos frescos que los chefs y el staff del lugar recolectan cada mañana de su propia huerta orgánica. Es por eso que hasta que los platos llegan a la mesa, no tenés ni idea lo que se viene. ¿Cómo no sentir curiosidad ante semejante incertidumbre gastronómica?
Las entradas
Luego de que la moza solicitara nuestro consentimiento para empezar con el servicio, las entradas no tardaron en hacerse presentes:
1) Berenjenas, alcauciles y tomate cherry confitado sobre masa de hojaldre
2) Huevos de corral, espárragos, rúcula y queso en láminas
3) Langostinos & flores de calabacín.
Los principales
Ale eligió la Gallina de Guinea con papines al horno, y yo fui a por la Pesca del día, ambas con guarnición de arvejas.
El postre compartido
Diferentes tipos de melón sobre sopa de sandía, acompañados con helado de albahaca… ¡una fiesta de colores para la vista y una explosión de frescura para el paladar!
Para cerrar, el infaltable cortadito acompañado por 3 simpáticos bocaditos: un turroncito blando, un bizcochuelo de almendras y un pedacito de chocolate amargo que estaba de mil amores!
¿Qué más decirles? Sencillamente exquisito.
Kamerlingh Onneslaan 3. Amsterdam, Holanda. | |
+31 20 462 45 62 | |
info@restaurantdekas.nl | |
Abierto de Lunes a Sábados, de 12 a 14hs. y de 18.30 a 22hs. | |
De Kas en TripAdvisor |
3 Comments
María José Donohoe
25 marzo, 2013 at 12:05Increíble! (a mi, allá por el 98, de mochilera y recién salida de la secundaria, Holanda me enamoró, estuve en una casa de familia, y fue increíble vivirla!) Me re gustó el lugar, no sólo la comida, la arquitectura de ese lugar parece genial!
salty lips
1 noviembre, 2015 at 02:42Majito! AMD es sin dudas el lugar donde nos gustaría vivir. No tenemos más que amor por la ciudad y cada detalle que la compone. Quien pudiera…!
salty lips
1 noviembre, 2015 at 02:44Nos faltó agregar: ¡Qué suerte la tuya de haber podido vivir así Holanda! (envidia sana, ehh)